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Los Polipéptidos LinfoReticulares (PLR) son compuestos peptídicos hepáticos y esplénicos de origen porcino obtenidos por proceso de fragmentación proteica controlada los cuales presentan un perfil electroforético singular de gammaglobulinas, glicopéptidos alfa 1-2 y beta globulinas (1). La mezcla ponderada de péptidos de bajo peso molecular contiene los 20 aminoácidos y los 11 oligoelementos básicos necesarios para el adecuado funcionamiento de los procesos metabólicos específicos del sistema inmune (2,3). Dada la similitud genómica entre los humanos y el cerdo se garantiza una compatibilidad fisiológica y metabólica óptima lo que ofrece un uso con amplio margen de seguridad. Gracias a su origen, los PLR suplen a la célula de los elementos necesarios para su regeneración diaria y modulación de la apoptosis en condiciones fisiológicas, así como facilitan la depuración del organismo ante noxas agudas o crónicas (12,13). La nutrición celular óptima tiene la potencialidad de estimular los mecanismos de reparación del propio cuerpo para curar tejidos y órganos (14). Es coadyuvante de los procesos metabólicos celulares suministrando aminoácidos y oligoelementos específicos, en la cualidad y cantidad que la célula necesita energética y homeostáticamente. Su efecto inmunomodulador ha sido estudiado ampliamente por científicos de Alemania, España y China (4-8) y en Colombia, a través del desarrollo farmacéutico y la experiencia clínica del Dr. Guillermo Mejía Mejía (9). Estas investigaciones demuestran la capacidad de este tipo de compuestos bajo diferentes condiciones específicas, para disminuir en forma atóxica la glicólisis celular, estimular la producción de células mononucleadas periféricas y linfocitos T, inducir la producción de interferón intriínseco y promover la activación de la producción de células naturales asesinas (natural killer) modificando la respuesta biológica y reforzando el sistema inmunológico (10,11). Su uso clínico en varios países ha demostrado una ostensible mejoría en los parámetros de peso corporal (15), sensación de dolor, mejoría del estado general (16,17), calidad de vida en enfermedades degenerativas (18) e incremento de la supervivencia en pacientes sometidos a terapias oncológicas tradicionales (18,19).